Primer día en la academia [Abierto]

Abrió la puerta y esta soltó un pequeño chirrido, era una amplia habitación bastante iluminada y llena de ventanas por las que podría entrar la luz solar, podría, aquella misma tarde había llovido a cantaros y la ciudad estaba cubierta de un gris ceniza. De su pelo caían pequeñas gotas de agua, aun retenidas en su pelo, y se deslizaban nariz a bajo hasta llegar a una caída mortal contra sus botas. Dejó caer la mochila que llevaba descolgada de su hombro y se apoyo en la pared, dejándose deslizar hacia abajo y terminando por sentarse en el suelo; le daba pena ensuciar unos sillones tan bonitos con su ropa llena de agua y barro.

Había pasado una semana desde su ''pequeño incidente'', había tardado tanto en llegar a aquel sitio debido a las diversas circunstancias que le entorpecían, y simplemente eran dos: La falta de bienes, y la de dinero; ambas por necesidad de tiempo claro, le era fácil conseguir dinero gracias a las peleas callejeras y, al igual que los bienes con el dinero que ganaba de las antes mencionadas, solo tubo que esperar a que se le presentara la oportunidad.

Recostó su cabeza casi en un golpe en la pared y miro hacia el techo, era tan jodidamente blanco. Cerró los ojos lentamente y se dejó embriagar con el sonido acompasado de su corazón.